jueves, 18 de marzo de 2010

Historia de una portada: Por las ramas


Desde hace unas dos o tres ediciones nos hemos acostumbrado a acosar a nuestros colaboradores para que nos cuenten la historia del proceso creativo detrás de la ilustración de la portada. No podíamos olvidarlo para el todavía reciente número 9, en especial si tenemos en cuenta que el gusano y los pajaritos en bosques cálidos han sido bien recibidos por nuestros lectores. Y bien, en esta ocasión le cayó el dardo al popular y dicharachero Joni b, que en una corta entrevista confesará lo que lo llevó a escoger la cruel y tierna imagen para Larva, la publicación de toda la familia.

- Joni, cuéntanos cómo llegaste a lo que llegaste para la portada.
- Qué sé yo.
- Joni, por favor, dale.
- Está bien. Yo creo que aquí no lo saben, así que les voy a contar desde el prinicipio. Ésta, la definitiva, fue la segunda propuesta que envié para Larva, siendo la primera descartada por mí mismo debido a un cambio en el formato: estaba en dos tintas y finalmente los editores decidieron que saldría en policromía, y yo, que tengo esa manía de que la primera versión debe ser la final, sin importar que uno sepa que puede llegar a ser mejor, y precisamente para que el trabajo no se vea tan planeado, sobretrabajado, genérico y aburrido, preferí volver a empezar y hacer una nueva imagen conservando las premisas que me había planteado en la primera.
- ¿Y cuáles eran esas premisas?

- Primero que todo, nada de
pinups.
- ¿Y eso?, ¿no creés que eso podría vender más?
- Me dan asco y me deprimo.
- Ah, claro. ¿qué otra consideración tuviste?
- De hecho y de una vez, nada de personajes humanos.

- Suponemos que también te dan asco... Pero, bueno, continúa.
- También pensé que la larva que debía aparecer sería y estaría en la situación de una larva común, es decir, nada de larvas gigantes, larvas espaciales, larvas tomando el té... en fin, las primeras ideas fueron: una mano putrefacta saliendo de la tierra húmeda y de la cual, a la vez, salen varias larvas de mosca.

- ¿Y qué pasó?
- Pues dejé la idea de lado por dramática, prefería seguir pensando en algo extraño y gracioso.
- Seguro.
- Sí, sí, así que después se me ocurrió una botella de mezcal con una larva dentro, pero ya me pareció muy exógena la botella de mezcal.

- Exogenísima la idea.

- ...
- Bueno, seguí.

- Entonces, de ahí salté a la idea de un sándwich mordido del cual sale una larva, pero haciendo más énfasis en el sándwich y otros elementos que en la larva. Esa fue la primera versión.


- ¿Y qué pasó después?

- Pues que aparecieron los editores de la revista diciéndome que había que pasar a policromía. Lo pensé, pero no quería recolorear el bitono que había logrado en esa versión por puro capricho, porque me parecía que así estaba bien, así que si había que hacer policromía prefería volver a empezar. Y eso hice, como decía, así que retomé las mismas reglas, pero añadí un par más: debía haber una narración, que al observarla se pudiera construir un relato a través de las relaciones entre personajes y que en este relato la revista se convierta en personaje reemplazando a la larva en su cotidianidad de larva, por decirlo de algún modo.
- ¿Algo parecido a eso que llaman metarrelato?
- Sí. Una larva escondida tras un matorral observando a un pájaro que, confundido, picotea la portada de la revista. Una larva que es cazada por un pájaro, pero al ser llevada al nido para que se la desayunen los pichones, estos ni se inmutan porque prefieren leer la revista Larva.
- Y esa fue la idea final.

- Sí, todo hecho en la compu, intentando algo entre clásico, ingenuo y armónico.
- Vaya. Muchas gracias, Joni.
- ¿Ya me puedo ir?
- Bueno.

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La foto es cortesía de Juan Sebastián Trujillo
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